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Jesús siempre está a Tiempo


Durante el pasado mes de junio, una hermosa joven de 22 años y llena de vida comenzó a sentir fuertes dolores en la parte baja del abdomen. Eran fuertes dolores la doblaban al suelo y no retenía nada solido. Pasaron 4 días y se sintió mejor por lo que le solicita a su Mamá que la lleve al trabajo … La Madre accede preocupada esa mañana, luego de unos 30 minutos conduciendo dejó a su hija en el trabajo. De regreso a su casa comienza a orar y a pedirle a Dios que le revele el mal que su hija está padeciendo. Casi inmediatamente un pensamiento cruza su mente... apendicitis. Preparó una muda de ropa y los accesorios esenciales para la estadía de su hija en el hospital, la colocó en un bulto, tomó las llaves, la cartera y el celular y se marchó. La Madre llama a su hija al trabajo y con una voz de autoridad le dice, habla con tu jefe porque vas para el hospital! voy en camino a buscarte, La hija le recuerda que apenas llegó al trabajo luego de 4 días... Su Madre le grita “Vas conmigo y se acabó!”


La Biblia narra varios sucesos similares de padres que van con su hijo/a enfermos a que sean sanados. Deseo que leas el pasaje del capítulo 7 del libro de Lucas, los versos del 1 al 10. Si no tienes una biblia cerca puedes acceder al siguiente enlace web; Lucas 7:1-10 .


Es muy probable que este oficial Romano (Centurión) había escuchado de Jesús y sus milagros. La Biblia no narra si algún médico había visitado este joven. Solo conocemos que el joven estaba paralizado en una cama y con terribles dolores (Mt. 8:6). El Oficial estaba decidido a buscar socorro en Jesús, con una fe de un gigante y su carácter de soldado planificó al enviar unos ancianos judíos para que intercedieran por el ante Jesús. Esta actitud de preocupación y/o desespero es la que muchos de nosotros acudimos al tener un ser amado o querido enfermo o postrado. ¿Quién no daría lo que no tiene por ver a los suyos sanos?


De una manera similar la Madre de la joven que le narré al principio la llevó inmediatamente al hospital. El trayecto de la casa al trabajo de la joven se convirtió en un expreso de la mitad del tiempo que normalmente le tomaba. No habían altos, luces de transito que detuviesen su marcha hacia el hospital. Estaba enfocada en llegar a tiempo! Su preocupación era la salud de su hija y tenía tiempo que perder. La vida de su hija vale más que cualquier problema porque la meta era llegar a tiempo!.


Regresemos al Oficial Romano por unos minutos. La Biblia nos indica que era un Oficial a cargo de la región de Capernaúm. Por lo que era muy posible que tuviese una cabalgadura o carruaje romano. Para aquel momento histórico no había servicio de GPS, ni celulares, tampoco el pin "location de google" o "facebook o twitter" para indicar tu localización para encontrarte. El conocía que la casa de Pedro en Capernaúm donde se encontraba la base del ministerio de Cristo. De modo que muy posible que sus soldados estaban alerta para darle a conocer una vez fuese visto el maestro. “El lidera un grupo de doce, y muchos otros le siguen, sana enfermos, ciegos reciben la vista, paraliticos caminan, resucita muertos y le llaman “Mesías”, Hijo de David”. Informen rápidamente donde lo vean...


Jesús se encontraba en un monte cercano, ofrecía un discurso importante conocido por nosotros como el “Sermón del Monte”. El capitulo 8 de Mateo verso 1 nos dice: “Al bajar Jesús por la ladera del monte...” Luego el verso 5 nos dice que Jesús regresaba a Capernaúm. El Oficial Romano estaba al tanto de todos los movimiento del Maestro.

“Centurión .. Jesús fue visto bajando del monte”.

“Centurión … Ya está cercano a la ciudad”.

“Centurión … Se encuentra en la via principal de la ciudad.


El centurión decía para sí: “Estoy convencido que Jesús dirá su palabra de sanidad y mi siervo joven sanará”. ¿Lo estás tu? ¿Tienes completa seguridad de que Jesús te sanará? Porque Jesús siempre está a tiempo.


La Madre de la joven entra por la sala de emergencias del hospital gritando, por favor ayúdenme,,,, mi hija tiene apendicitis... corran un sillón de ruedas porque no puede caminar... AYUDA por favor.... se moviliza el personal de primera ayuda, la llevan adentro hacia una camilla y comienza el proceso de toma de vitales, y llevan a la Madre a llenar los documentos, etc... Le realizan estudios (rayos x, MRI, PTC, CBC y orina) . Una vez completan el cuadro clínico de la joven paciente, le informan a la Madre el esperado resultado. “Señora, dice el médico de turno: no es apendicitis... la joven tiene una masa anormal en el área intestinal y todos los nódulos linfáticos del área están afectados adversamente – posiblemente se trate de algún tipo de célula carcinógena. Hay que esperar al internista.


El rostro de la Madre se paraliza, su corazón se acelera, la mente comienza a correr con la velocidad de la luz... La joven en la camilla le pregunta, Mami que son nódulos linfáticos? Son glándulas hija, no te preocupes que todo va a estar bien. Inmediatamente la Madre recuerda el texto Bíblico “Tu guardarás en perfecta paz a todos los que confían en tí; a todos los que concentran en tí sus pensamientos” Isaías 26:3. Ella se para firme y levanta su mirada al cielo y da gracias al Dios que hace de lo imposible, lo posible.


Han pasado unas 12 horas desde que la joven fue puesta en la camilla y el internista no aparece. La madre pregunta a las enfermeras varias veces y la respuesta es la misma – "está atendiendo a otros pacientes, tenga calma ya llegará". No conforme con la única respuesta comienza a preguntar a cada personal que parezca médico.. Usted es el internista? …. no, soy el técnico de terapia respiratoria. Le pregunta a otro; no, soy la escolta del paciente… no, soy personal administrativo... Hasta que por fin obtuvo la respuesta que buscaba.. Si, yo soy.


Aleluya porque Jesús, el león de la tribu de Judá siempre está a tiempo. El no te hace esperar, para El no existen límites, ni fronteras, no importa donde te escondas, el está contigo donde quiera que vayas. Solo necesitas clamar por la ayuda que viene de lo alto, alzar tu vista por encima de los montes, de los problemas, de tus situaciones y solicitar la ayuda al Gran Yo Soy, el Dios extraordinario.


De igual forma el centurión romano sale al encuentro de Jesús. el ya había sido informado por sus soldados la localización precisa de Jesús. Pero lo que este oficial no sabía es que Jesús ya estaba listo para sanar al joven siervo. Dios no descansa, el pelea por ti y por mi. Antes de que salga una palabra de nuestra boca, Dios la conoce y está listo para darte su respuesta, solo espera por que tú te le hables y le pidas. Este oficial estaba decidido a solicitarle a Jesús por la sanidad de su joven siervo, tenía plena certeza que Jesús podía sanar y levantar a este joven, por tanto el oficial fue a interceder directamente al Dios de lo extraordinario, el Dios que hace de lo imposible, posible. Mira la respuesta de Jesús en el verso 7 del capítulo 8 de Mateo, Yo iré y le sanaré. Aleluya. Ya estaba todo listo, Dios esta dispuesto a sanarte, a libertarte, a restaurar las vías de comunicación entre tu y los tuyos. Solo necesitas creer, hablar y obedecer. Solo se requiere un poco de fe y recibirás tu milagro. Porque Jesús siempre está a tiempo! El está presto – rápido – para escuchar y para actuar a tu favor no importa como te encuentres o donde te encuentres. Ven, ven, ven El está aquí y desea escuchar tu petición porque ha extendido su misericordia hacia ti y su anhelo es llenarte de favores.


La Madre de la joven se identifica con el médico internista y le requiere que le diga cuál será el remedio para que su joven hija se pueda sanar. El internista le responde; “Hay que abrirla, hay que operar para ver la gravedad del asunto”. La madre se paró derecha, se puso en la brecha por su joven hija y oro a Dios por sabiduría y fuerzas. Le contestó al internista con voz de autoridad exigiendo otra solución: “Mire doctor, Yo traje a mi hija a este hospital porque el gastroenterólogo de ella ejerce su profesión aquí”. “Ni usted, ni nadie va a operar a mi hija para ver que tiene, ella está muy joven para eso. Yo exijo que me busquen al médico de ella porque el conoce lo que mi hija tiene”. Era como si esta madre se transformase en una leona protegiendo a su cría. “Tu no me tocas a mi hija”, su voz retumbó por todo el pasillo de la sala de emergencia. Ella levantó bandera, se paró firme y le creyó a Dios la palabra en Isaías 26:3 “Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en tí; a todos los que concentran en tí sus pensamientos”. El médico retrocede y le dice, “está bien, pero me veo en la obligación de llamar al oncólogo”. A lo que la madre responde, “Usted llame no a cualquiera; sino al mejor de los oncólogos que labore en este hospital y me busca al médico de mi hija”.


Inmediatamente la madre comenzó a realizar llamadas telefónicas, pero no cualquier llamada para contar lo sucedido, eran específicas porque eran para activar a los soldados de oración del Eterno. Dentro de nuestra congregación, Dios levantó un batallón de santos (hombres y mujeres) dispuestos a doblar rodillas, a ponerse en la brecha ante cualquier petición. Llevamos año y 5 meses con esta misión para la Gloria de Dios. Pero no solo en nuestra Iglesia, también hay muchas otras congregaciones que son obedientes a la voz del Eterno que hacen lo mismo; orar, interceder y rogar. Y se levantó clamor por esta joven ante el trono de la Gracia Divina.


Al día siguiente se encontraban reunidos los tres médicos para decidir el tratamiento adecuado al cuadro clínico de la joven de 22 años. El internista reclamaba su decisión de operarla, El gastroenterólogo exigía que la joven estaba bajo su tratamiento por x cantidad de tiempo y que él se la llevaría a su clínica para realizarle una colonoscopía, porque la operación no era necesaria. El oncólogo debatía con ellos y exclamaba – es muy joven para operarla – le decía al internista, y tu llevas mucho tiempo con ella y no has hallado lo que tiene – le reclamaba al gastro; hagamos una biopsia para conocer la gravedad del asunto, es lo menos invasivo y seguro. No había tregua entre estos 3 médicos, ninguno cedía su posición y no acordaban una decisión a favor del paciente. Mientras esto ocurría el ejercito matutino de oración continuaba con su clamor a Dios. Haciendo uso de nuestra arma poderosa que nos fue dejada por el Maestro de maestros. Es un arma silente pero poderosa para destruir fortalezas, para derribar murallas de opresión, para quebrar yugos de iniquidad, para abrir caminos de comunicación entre las personas y Dios. La ayuda que viene de lo Alto llegó a la joven y a su madre. Dios puso un acuerdo entre los médicos y se realizó la biopsia. La última palabra la tiene Jehová y es proclamada por el Logos de Dios. En El está el sí y el amén. "El nos ha llamado amigos.. para que todo lo que pidamos al Eterno en el nombre de Jesús , El nos lo dé". Juan 15:15-16.


Jesús le dice al oficial romano sea hecho según lo has creído, regresa a tu casa. Mt. 8:13. El joven siervo fue sanado de su enfermedad. Esto solo lo hace el Eterno. Juan 3:2 Nicodemo confiesa abiertamente a Jesús “Sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer estas señales que tu haces, si el Eterno no está con El. Jesús siempre está a tiempo para realizar portentos, milagros y prodigios; sanar enfermos, liberarte de la opresión, traer paz a tu mente y corazón, resucitar los muertos y echar fuera los demonios. El es, y será el mismo por siempre y para siempre. Amen!


El oncólogo se reúne con la Madre y la joven de 22 años y comienza a alabar a Dios y darle toda la gloria al Eterno! Gracias a Dios, "Toda gloria sea para El que se ha manifestado y tu joven no tienes cáncer. No hay necesidad de operar. Amen, Amen y Amen". La joven pregunta entonces que tengo.... el médico le vuelve a contestas "no tienes nada", todas los resultados dieron negativo a cualquier tipo de cáncer. Alzó sus manos diciendo; "Gloria a Dios, gloria a Dios, Amen, Amen y Amen. Quizás sea alguna irritación por algún medicamento pero cáncer no es".


Oh moradora de Sion, regocíjate y canta porque el Eterno está a tu lado. Amados es el mismo Jesús que sigue sanando, que sigue haciendo milagros sigue restaurándote e intercediendo por ti ante el Padre. El es el Dios que hace lo posible de lo imposible, cuando el mundo te dice no hay salida... Dios te dice dame hijo mío tu corazón y en cambio te daré vida eterna. Jesús desea salvarte – El desea sanarte – El Dios de lo extraordinario te llama por tu nombre. Te dice no temas, estoy a tu lado, estoy a tiempo. No temas, El te llama y te dice Ven, ven tal como estés. “Porque El tiene pensamientos de paz y no de mal, para darte lo que por tanto tiempo esperas” (Jeremías 29:11). “He aquí que El Eterno te traerá sanidad y medicina, y te curará y te revelaré abundancia de paz y de verdad” Jeremías 33:6.


Ven como estés....

Ven con todas tus angustias y problemas... y déjalos en las manos del Eterno.

Ven con todas tus enfermedades …. porque por su llagas fuimos curados y todas fueron clavadas en el madero del calvario. Déjalas allí.

Ven con tu llanto... porque el cambia tu lamento en baile y transforma tus penas en alegrías y te dará una nueva sonrisa para que veas la salvación que Dios te da.

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