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¿Qué escondes?

A todos nos gusta jugar a las escondidillas, tanto a chichos (as), como adultos, nietos (as), abuelos (as). Recuerdo como disfrutaba jugar al esconder cuando era niño. Luego de adulto también lo disfrutaba cuando me escondía a esperar que una de mis hijas pasara por donde Yo me encontraba para asustarla. Hoy disfruto la forma en que mi hija mayor, (Madre de dos niñas) lo hace de igual forma. Aprendemos a escondernos... pero de igual forma desarrollamos la habilidad de esconder cosas en nuestras vidas.



Durante esta lectura del blog tendremos la oportunidad de invitar a Jesús a nuestras vidas y a esa parte que escondemos o que no dejamos ver. Jesús anhela restaurarte y libarte de esa pesada carga para que seas libre de una vez y por todas.

"Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto; 23 y los creyentes también gemimos —aunque tenemos al Espíritu de Dios en nosotros como una muestra anticipada de la gloria futura— porque anhelamos que nuestro cuerpo sea liberado del pecado y el sufrimiento."

Nueva Traducción Viviente (Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc., 2009), Ro 8:22–23.


 

Jesús fue a samaria porque le era necesario pasar por esa ciudad. La Biblia narra este suceso en el capítulo 4 del evangelio de Juan.

Breve información: esta ciudad está localizada al norte de Jerusalén y fue la capital de las 10 tribus del norte de Israel para la época en que reinó Absalón, hijo de Salomón y nieto del Rey David. Este pueblo escogió adorar a Dios en Betel de Samaria en lugar de Jerusalén (1 Reyes 13:1-34; 2 Reyes 23:4; Amos 7:10). Años mas tarde este templo fue destruido por los Medo-Persa debido a la idolatría de las tribus del norte de Israel. Durante esta invasión Medo-Persa muchos gentiles provenientes de Asia fueron ubicados en Samaria (2 Reyes 17:24). La intención era que el pueblo olvidase al Eterno y su adoración fuera para otros dioses (Ezequiel 23:4). Por lo que el pueblo de Samaria comenzó adorar a los dioses llamados Asera, Baal, Astoret, Qemos y Moloc (2 Reyes 23:12; Oseas 8:6). Unos 390 años más tarde esta región fue invadida por Alejandro Magno y los Griegos movieron a los habitantes hacia Siquem y colocó en su lugar a los Siro-Macedonios.

Jesús se encuentra en el pozo de Jacob cerca de las 12 del mediodía (cerca de la hora 6ta). Las mujeres acostumbraban sacar agua de este pozo temprano en la mañana para no recibir el azote del calor del sol del mediodía. Pero esta mujer era diferente porque sacaba agua del pozo durante el calor del medio día en lugar de en la frescura de la mañana. ¿Qué escondes?, ¿Porqué deseas que nadie te vea?

Hoy día todos conocemos que Dios ha determinado en habitar en los creyentes. Nosotros nos hemos constituimos en la Iglesia del Dios viviente. Debido a que el Espíritu Santo es quien mora en nosotros. ( 2 Corintios 4:7) Acaso podremos adorar a dos señores? La biblia nos dice que amarás más a uno que al otro; ¿amarás más a las riquezas que al Eterno? Entonces te convertirás en Mamón, el dios de las riquezas y el consumismo.

Samaria se encuentra en cada uno de nosotros. Es ese lugar oculto que protegemos, para sentir la auto gratificación de lo que deseamos realizar sin que nadie nos critique, o nos señale. La mujer samaritana salía a una hora diferente que las demás para evitar la critica, evitar ser señalada, evitar ser confrontada. Prefería salir en el calor del mediodía en lugar de salir en la frescura mañanera para estar tranquila consigo misma. Acaso nosotros anhelamos hacer lo mismo que esta mujer descrita por la biblia. Realizar la tomar nuestras propias decisiones sean buenas o malas y no ser confrontados por nuestros hechos o consecuencias. Adoras entronarte tu mismo como tu propio dios. ¿Adoras las riquezas (mamon) más que a Dios mismo? ¿Rindes culto al sexo (asera), a la belleza exterior que con los años desaparece (vanidad), a la ambición de poder (baal), a la fama siendo popular en las redes sociales? Tal vez las opiniones de los que te rodean, el que dirán, lo que piense de ti es más importante de lo que Dios piensa sobre ti?


 

Jesús no vino para salvarte, no para condenarte (Lucas 9:51-56). El fue a visitar a esta mujer samaritana para traer luz y darle vida en abundancia. Para vendar sus heridas causadas por su propias decisiones. Para liberarla de la esclavitud de sus errores y poder ser verdaderamente libres. Esa libertad que nos permite recordar sin que nos duela. Esa libertad que nos permite ayudar a otro que se encuentra en el mismo lugar donde Yo estuve y fui librado por Jesús.

El Hijo del Hombre - Jesús - no vino a condenarte, todo lo contrario El vino a salvar lo que estaba perdido en el pecado: Tu y Yo. Cada uno de nosotros debemos entregarlo todo a El, aún aquello que atesoramos y que no deseamos perder. Esa es tu Samaria, esa fue mi Samaria; el lugar donde me refugio cuando nadie me comprende, el lugar donde me escondo para auto gratificarme, el lugar donde me desahogo intentando ser libre pero que culmina en una cárcel que nos aprisiona en nuestra soledad. Entreguemos esa Samaria a Jesús porque solo El puede darnos vida, paz, gozo, plenitud y en su presencia no hace falta nada nuestra Samaria.

Jesús rompe las barreras que nos separan entre hermanos; entre la relación de amigos; en la relación entre tus padres.

  1. Los discípulos hallaron al Mesías (Kadosh) hablando con una mujer samaritana (mitad judía y mitad gentil) o dicho de otro modo no íntegra.

  2. Esta mujer poseía un pasado cuestionable entre la sociedad y su conducta. Tal vez su manera de responder a su medio ambiente no era el esperado por otros.

  3. Era una persona que hacia todo lo contrario a los demás y para evitar ser enfrentada con sus decisiones y/o su pasado evitaba estar frente a otros o lugares concurridos.

Cualquiera de estos factores nos hubiesen descalificado a ti o a mi para poder hablar con este hombre Justo y Santo. El rompió con esas barreras culturales, aceptando el dialogo con cada uno de nosotros sin importar nuestro pasado o nuestros errores. Solo El nos brinda un nuevo comienzo y una vida plena y eterna.

Su amor inagotable - Deuteronomio 30:4 - No importa donde te encuentres, no importa cuan lejos estés, Dios te recogerá y te traerá a un lugar de verdes prado y bajo su sombra (Tabernáculo - Miskan) estarás seguro. Dios te anhela tal y como estas, no importa cuan lejos o cuan cerca tu encuentres; El te recogerá en sus brazos y allí estarás seguro. “El te llama por tu nombre, tú eres de El; cuando pases por los ríos de dificultad; no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión; no te quemaras y ninguna llama de opresión te tocará, ni te consumirá. Por que “YO SOY “ : (Yashua) El Santo de Israel, El León de la tribu de Judá, Tu Salvador, Tu sanador, Tu protector, Tu roca firma, El que siempre te espera, El que siempre esta a tu lado para amarte y cuidarte, TE PROTEGERÉ.

El es el que te pide que le entregues tu samaria para cambiarlos por ríos de agua de vida que no cesarán jamás. El desea llevarte al lugar de perfecta adoración para estar contigo y tú con El.


Te amo en el amor de Cristo, tu hermano Daniel Galarza.

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